UNIVERSOS PARALELOS: mayo 2009

martes, 5 de mayo de 2009


Martes, 26 de Febrero de 2008
He arrancado todas las hojas,
conservado todas las espinas
de aquella flor desnuda
que un día fuiste

Frente a mí

Las manos aún adivinan
tu olor en las noches húmedas
y lo transforman en verso.

Puños llenos de pétalos,
marchitos.


Todo perece, quizás sólo permanezcan
Tus heridas y el perfume.





lunes, 4 de mayo de 2009




Domingo, 24 de Junio de 2007
"AMOR ANIMI ARBITRIO SUMITUR, NON PONITUR"




Sentada, sobre el diván de las eternas esperas, inacabadas,
Como pensamiento atado a la frente
Fotografío el instante preciso de tu mirada
Al cruzarse a medio camino con la mía.

Como marea, cielo, tormenta de verdes y azules
En un desierto de ecos sordos ya sin arenas, ni espumas.
Como imagen desterrada de un exilio por el mismo aliciente
Que para esta pluma pudo alguna vez morir.

Sentada, sobre este diván de esperas jadeantes
por la humareda de grises, recuerdo tus labios como resaca
al chocar nuestras lenguas,
Barriendo cada resquicio de costa, a menudo inexplorada.

Mar adentro, a la deriva, sólo guiada por los retazos de luna llena
Y el vendaval de sombras azabaches de todo lo que antes suponía,
Diviso en la calima las rocas
Desgastadas ya por el salitre y el viento.

Efímeras, observadas, mutiladas por el tiempo,
Como retablo de bajeles hundidos en un museo de apariencias,
Cansadas por la mediocridad del mundo y,
Sin embargo, expectantes.

Recordándome que todas esas cuevas, acantilados,
Islas, que habitaron en lo más profundo del océano
quedaron inundadas por el temporal de piedras
que azotaron a toda velocidad tus abrazos.

Anclado, inmerso ya en el arrullo
de las olas golpeando la cubierta,
El amanecer hace acopio en el horizonte y
yo,
sentada aún sobré el diván,
me levanto para susurrarte, profundo,
que tu aliento es la tinta de esta pluma con la que quiero
trazar las líneas de nuestro viaje.


domingo, 3 de mayo de 2009

Domingo, 15 Julio 2007

"STULTI EST IN ERRORE MANERE"

Hoy tu tormenta ha vuelto a azotar mi alma, cansada, moribunda, decapitada de ilusiones que forjaste hace tiempo, demasiado lejanas y extrañas. Me parece haber estado abrazada por el viento frío de poniente, ahogada de arena, expectante a la marea y al aviso ambiguo de los navegantes.

Las olas se han tornado roncas, demasiado largas, y me descubro mirando a un horizonte donde las gaviotas parecen ser manchas de espuma sobre orilla perpetua. Sus graznidos parecen mayores que ellas mismas.

Frente al océano, el litoral se deshace en gemidos bajo la luz difusa del anochecer y la luna menguante se va hundiendo en la insignificancia, lentamente. Plata sobre la negrura. Desde la tierra en sombras el tenue rumor de las aguas parece cobrar vida propia. Ahora sólo pienso en las dunas, en sus curvas invisibles en la oscuridad, frescas por la humedad de la noche.
Ya no sopla el viento. El resto del mundo está sumido en el silencio salvo los velos de sombra, que se extienden a la deriva, por norte y sur… Pienso en la temeridad que el hombre toma como venganza frente a la mujer amada, siempre insatisfecha, preocupada, efímera como una burbuja en el rompiente del mar.



HUELLAS



Damnatio memoriae,

10 Julio 2007



En esta noche de sábanas y ruido
me gustaría escribirte la mejor

de las historias no contadas
Y que ésta perdurase, reservada,
en el tiempo.

Con voz propia, hacerte partícipe
de todos los sujetos y predicados,
de todos los versos no medidos,
de todas las espinas clavadas
en el pecho.

En esta noche de vacío repleto
he vuelto a pasear por la misma orilla,
nueva, que una vez borrara nuestros pasos,
sin hallar la mínima expresión de sosiego.

Éramos tú y yo, los de siempre,
desafiantes a la tormenta iracunda
de arenas repletas de caracolas
que corrieron mejor suerte.

En los pulmones sólo el vacío de poniente,
en las miradas, el tácito cansancio,
pieles impregnadas de oleaje,
en mitad de un camino demasiado extenso.

Al menos yacer en tu pecho, sentir
tus manos como mías,
saciarme de olores y tactos
para comprender la melodía perpetua
de tus labios en mis oídos necios.

Y volver a respirar profundo,
rellenar las concavidades
donde habitan todos los gritos
de amaneceres en silencio y
latidos vencidos.


Y mientras respiro, espero...